Explicación de los Diferentes Tipos de psicoterapias

Si quieres ayuda para controlar la ansiedad, la depresión u otros problemas de salud mental, pero no sabes por dónde empezar, no estás solo. El mundo de la psicoterapia puede parecer vasto y confuso para quienes son nuevos en él. Existe una amplia gama de enfoques terapéuticos, pero ningún tipo es adecuado para todos.

Para ayudarte a familiarizarte con los distintos enfoques terapéuticos, he aquí una guía rápida de cuatro de las formas más practicadas.

TERAPIA COGNITIVO-CONDUCTUAL (TCC)


La terapia cognitivo-conductual es una terapia a corto plazo, orientada a objetivos, que se centra en el vínculo entre nuestros pensamientos (cognición) y nuestras acciones (comportamiento). Su objetivo es ayudar a las personas a cambiar los patrones de pensamiento que provocan un comportamiento insano, improductivo o incapacitante.

Los psicoterapeutas suelen utilizar este enfoque con personas que sufren ansiedad, depresión, estrés o fobias. También es popular entre las personas que quieren superar hábitos y adicciones perjudiciales, como fumar, comer en exceso o apostar.

Durante las sesiones de TCC, trabajas con tu terapeuta para aprender a reconocer los pensamientos o creencias negativos persistentes y responder a ellos de forma más productiva. Por ejemplo, si tienes el hábito de pensar “Soy terrible en todo” cada vez que cometes un error, la TCC está diseñada para ayudarte a darte cuenta de este pensamiento, a identificar pensamientos alternativos (p. ej., “Los errores no me hacen terrible; me hacen humano”) y a elegir una forma más realista de ver la situación (p. ej., “Aunque he cometido este error, hago muchas cosas correctamente y ahora he aprendido de este error”). Se cree que hacer estos cambios positivos en tus pensamientos conducirá a un cambio positivo en tu comportamiento.

Ten en cuenta que la TCC tiene un componente de tareas para casa: el seguimiento se realiza durante las sesiones.

TERAPIA PSICODINÁMICA


La terapia psicodinámica hace hincapié en el modo en que determinados acontecimientos vitales y relaciones, tanto pasados como presentes, afectan a tus sentimientos, relaciones y elecciones actuales. Su objetivo es ayudarte a reconocer y comprender los sentimientos negativos y las emociones reprimidas para que puedas resolver los conflictos psicológicos internos y mejorar las experiencias vitales, la autoestima y las relaciones. Este enfoque es un tratamiento popular para las personas deprimidas.

Un terapeuta psicodinámico te animará a hablar abiertamente de una serie de temas para ayudarte a descubrir diferentes recuerdos, experiencias o sueños que contribuyeron a conformar tu vida. En particular, explorará las razones por las que has tomado ciertas decisiones o acciones adversas en el pasado, para ayudarte a evitar tomar decisiones desfavorables similares en el futuro. También puedes utilizar esta nueva comprensión de ti mismo para resolver situaciones problemáticas actuales y mejorar las relaciones.

La terapia psicodinámica puede ser a veces una terapia eficaz a corto plazo, pero a menudo se necesita un año o más para obtener beneficios duraderos.

TERAPIA DIALÉCTICA CONDUCTUAL (TDC)


El tratamiento de la terapia dialéctica conductual (DBT) es una forma de terapia cognitiva conductual. Su objetivo principal es dotar a las personas de las habilidades necesarias para regular sus emociones, manejar el estrés de forma saludable, mejorar sus relaciones y vivir con atención. Desarrollada originalmente para tratar a las personas con trastorno límite de la personalidad, la TDC se utiliza ahora para tratar diversas enfermedades mentales y se cree que es especialmente útil para las personas con emociones negativas aparentemente incontrolables e intensas o para las que pueden tender a autolesionarse.

La TDC se diferencia de la TCC en que te enseña que tus experiencias son reales y te muestra cómo aceptarte a ti mismo, incluso con tus retos y experiencias vitales únicas. El tratamiento suele consistir tanto en sesiones individuales con un psicoterapeuta como en sesiones de grupo dirigidas por el terapeuta, en las que los participantes desarrollan y practican las habilidades y conductas necesarias para una vida cotidiana más manejable. En ambas situaciones, los pacientes de la TDC aprenden a etiquetar las emociones, a manejar los sentimientos de ira y a navegar por los conflictos sin ceder a las tendencias impulsivas, y a desarrollar la conciencia de sus sentimientos durante el momento presente.

Al igual que la TCC, la TDC también tiene un componente de tarea. Lo ideal es que la TDC se realice simultáneamente en grupos y en sesiones individuales. La gente suele encontrar esta mezcla bastante útil.

TERAPIA HUMANISTA/EXPERIENCIAL


A diferencia de las terapias basadas en el comportamiento, la terapia humanista/experiencial se centra en la naturaleza individual de la persona, más que en el conjunto de comportamientos que conforman una categoría psicológica específica. El enfoque holístico de la terapia hace hincapié en la persona en su totalidad, especialmente en sus comportamientos positivos y en su capacidad para crecer, sanar y encontrar la autorrealización mediante la autoexploración. Las personas con depresión, ansiedad y trastornos de pánico, y baja autoestima, suelen buscar este enfoque.

La terapia humanista consta de dos técnicas populares: La terapia Gestalt y la terapia centrada en el cliente. La terapia Gestalt ayuda a las personas a centrarse en los sentimientos y experiencias del “aquí y ahora”, más que en su percepción de las causas fundamentales de esos sentimientos. Tu terapeuta te ayudará a explorar los sentimientos y las experiencias mediante técnicas creativas y experienciales, como recreaciones guiadas, juegos de rol, movimientos exagerados y otros ejercicios. El objetivo es suscitar emociones en diferentes situaciones, permitiendo a la persona tratada tomar conciencia y comprender esas emociones a medida que se producen.

La terapia centrada en el cliente o en la persona se centra en la idea de que las personas son capaces de decidir por sí mismas las áreas psicológicas que quieren explorar y saben mejor cómo hacerlo. Conocida como una forma de terapia “no directiva”, el terapeuta no guía al cliente hacia ninguna dirección o resultado concreto, sino que crea un entorno de apoyo para los clientes mientras investigan su identidad, sentimientos, experiencias o emociones. Puedes esperar que tu terapeuta escuche tu punto de vista con empatía, calidez, respeto y sin juzgar, y que fomente tu crecimiento y autorrealización.

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