Los psicólogos reconocen patrones e intenciones ocultas en los hechos, de las cuales muchas veces no eres consciente, perjudicándote a largo plazo. Es probable que hayas intentado resolver un problema emocional por cuenta propia sin resultados, aquí es cuando tienes que acércate a un especialista. Pero, ¿cómo sabes que es altamente necesario? En los siguientes párrafos te aclararemos cuándo y por qué visitar a un psicólogo.
¿Cómo saber si necesitas un psicólogo?
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Existen muchos aspectos que debes considerar antes de ir al psicólogo. En un principio, no necesitas tener problemas graves para hacerlo, cualquier persona puede usar los conocimientos de estos expertos para mejorar su vida emocional y su relación para con la sociedad y para con ellos mismos. Por lo general se asocian los psicólogos con aspectos negativos, pero también sirven para reforzar tu autoestima y la confianza en ti mismo. Estos son rasgos que te impide sacar el máximo potencia que tienes, y por tanto, te lastiman, aunque no lo sientes en carne. Notarás que necesitas ayuda cuando experimentas inconformidad, malestar, o sufrimiento. Incluso si quieres mejorar un problema en tu relación de pareja, tu relación familiar, o tu ambiente laboral, pero no sabes cómo hacerlo, un psicólogo es clave.
8 situaciones por las cuales debes visitar un psicólogo
Sigue leyendo para conocer las razones más comunes:Traumas del pasado
Cuando sufres un accidente grave o bullying en el colegio, deja una marca en tu mente. No quieres relacionarte con las personas porque te da temor que se burlen de ti; o prefieres que alguien más conduzca, debido a que la última vez no pudiste manejar el volante. También existen traumas relacionado al abandono o la pérdida de un ser querido. En cualquier caso, un «trauma», en todo el sentido de la palabra, te impide actuar en el mundo exterior empleando el miedo y tus recuerdos como arma. Más que protegerte (lo que tu cerebro intenta hacer) evitando esta situación, te perjudica.
Identificar un trauma es simple, como mencionamos con anterioridad, es probable que te distancies de los demás. De igual forma necesitas analizar tus actitudes, procurando que no se cataloguen «nerviosas». Por otro lado, las dificultades para dormir y el insomnio son aspectos de los que debes percatarte.
Dolores que no tienen explicación médica
Algunas personas sufren de dolores de cabeza, defensas bajas, y dolores de estómago, pero al final, cuando van a realizarse un examen médico, no tienen ningún problema. Esto sigue, afectando tu salud y tu actividad cotidiana. Sin embargo, ¿cuál es el motivo? Los malestares emocionales y el estrés. Desde el comienzo del s. XXI ambos han sido el causante de más del 50% de las enfermedades a nivel mundial. Un psicólogo te ayudará a encontrar la fuente de tu dolor, analizando tu estilo de vida, tus presiones, y tus obligaciones diarias. Recuerda que el estrés no solo provoca dolores crónicos, sino que reduce tu rendimiento en el trabajo, tu apetito sexual, y aumenta las probabilidades de sufrir resfriados.
Ya no disfrutas tus hobbies
Los pasatiempos son clave. Si antes te gustaba hacer algo, pero ahora no, debes analizar el motivo. Muchas veces tus gustos cambian, es cierto. También puede ser que tengas nuevas responsabilidades y no puedes seguir haciendo lo mismo. Sin embargo, cuando no disfrutas de ningún pasatiempo o ninguna actividad—cuando te sientes infeliz—es una alerta demasiado evidente. Existen muchas explicaciones para esto, pero tu psicólogo se encargará de hallar la correcta, con el fin de contrarrestarla.
Careces de amistades o éstas dicen que se preocupan por ti
Podemos señalar dos grandes motivos por los cuales debes visitar un psicólogo. Primero, cuando sientes descontento en tus relaciones familiares, como, por ejemplo, pareja, hijos, hermanos, amigos, padres, etc. Si dejas de sentirte seguro en tu grupo de amigos o tienes problemas para conectar con las personas que aprecias, debes resolverlo. Es probable que pocas veces seas consciente de este descontento, pero ellos te lo dicaran; un profesional te ayudará a identificar la solución más efectiva para que seas más abierto.
Segundo, y como mencionamos, muchas veces no te percatas que actúas de una forma concreta, pero siempre tienes la fortuna de tener personas al lado que te indican esta clase de comportamiento. Un amigo o tu esposa te puede sugerir ir a terapia para resolver un problema de inseguridad, seguir una terapia de pareja, o realizar una rutina para dejar de depender emocionalmente de alguna persona. No existe nada mejor que un circulo que se preocupa por ti. Hacerles caso te permitirá mejorar tu autoestima, tu estado de ánimo, tu rendimiento en las actividades cotidianas, y tu capacidad de enfrentarte a los obstáculos.
Te dejas dominar por los problemas
Mientras estés vivo jamás se acabarán los problemas. Siempre habrá un cliente mal humorado, problemas en la economía, no todo el tiempo tendrás buena relación con tu pareja, tus hijos te desobedecerán de forma recurrente, no todos los trabajos son bien pagados, y muchas personas no te van a tratar bien. Puedes hablar con un psicólogo para superar estas malas experiencias o puedes recurrir a prácticas menos saludables, como tomar drogas (legales o ilegales), adquirir vicios (juegos al azar, mujeres, etc.), u otro tipo de hábito dañino, en lugar de encontrar una solución a tu problema.
Sientes desánimo al levantarte y al acostarte
Cuando sientes demasiada presión en tu entorno, bien sea el colegio, el trabajo, o el hogar es natural perder las ganas de luchar. Estás absolutamente deprimido, y esto influye en tu rendimiento. El bullying, por ejemplo, viene a ser una de las principales causas de las malas calificaciones. Cuando llegas al término de no querer estar o sentirte mal en un sitio, es una buena señal de que debes visitar al psicólogo. Al final lograrás retomar el control de tu vida.
Los psicólogos no están para juzgarte, sino para profundizar en tu psique, hallando la causa de tu sufrimiento. Éste no tiene por qué dolor o ser notorio, muchas veces se disfraza de «amor», cuando permite que tu pareja o familia abuse de tu confianza; otras veces se disfraza de «comedia», cuando otras personas se burlan de ti, tiñéndolo como broma. ¿La forma de identificarlo? «Te sientes» mal. «Te sientes» usado. Te sientes» inútil.